Las ondas de choque son ondas acústicas que transportan una gran cantidad de energía a través de los tejidos y que se irradian en el cuerpo hasta la zona del dolor.

Las Ondas de choque se caracterizan por un repentino cambio de presión, con amplitud y no-periodicidad muy alta. La energía producida que llega al tejido es muy mayor en comparación a la energía producida con los ultrasonidos.

El cuerpo reacciona a las ondas de choque que lo atraviesan aumentando el metabolismo en la zona tratada y favoreciendo la reducción de la inflamación provocada por una acción analgésica inducida por la liberación local de endorfinas.

El proceso de curación resulta así estimulado y más rápido. Nuestros aparatos emiten una onda de choque radial (balística), puesto que la onda se genera mediante un cabezal en forma de pistola, cuyo cañón está cerrado en la extremidad por un tapón metálico contra el cual se lanza una bala de acero mediante aire comprimido (con una fuerza máxima de 5 bar de presión).

Esto genera una onda de choque que se propaga radialmente extendiéndose en la piel y en la primera capa subyacente del tejido, o de una manera más focalizada.